Autor: Tom Knox
Páginas: 385
Formato: Tapa suave con solapas
Editorial: Espasa
Tom Knox, seudónimo del
periodista británico Sean Thomas (Devon, 1963).
"Parcelar al mundo por razas estaba mal y era deprimente. Y, aún así, no era más que ciencia. Ciencia que podía salvar vidas. La paradoja era compleja. Y estimulante."
"La vida de los agotes estuvo marcada por la marginación. Se nos separó de todos los demás, ocultándonos, como un secreto vergonzoso. A los agotes se les prohibió participar en la mayor parte de los oficios y profesiones. Se nos obligó a ser los que sacábamos el agua y talábamos la madera. Así que fabricamos los barriles para el vino y ataúdes para los muertos."
La historia. En Estados Unidos, David Martínez recibe de
su abuelo una herencia de un millón de dólares con la condición de seguir las
pistas de un mapa antiguo. El mapa lo
llevará a una persecución peligrosa en las montañas Vascas, donde descubrirá su
verdadera historia familiar y una maldición genética que sigue viva desde el
inicio de los tiempos.
En Londres, una serie de
espantosos asesinatos tienen al periodista Simon Quinn tras la pista de lo que
podría ser el reportaje del siglo.
Varios ancianos están siendo asesinados de las más horribles maneras y
pronto Quinn se dará cuenta que tienen más en común que solo la edad.
Los caminos de ambos se
cruzarán para revelar un mundo de conspiraciones, asesinatos y el destino de
una raza maldita, los Agotes.
Mi opinión. Las marcas de Caín es una historia
entretenida, llena de acción y como toda novela de conspiración, te deja
pensando. La trama involucra a los nazis
y a una raza maldita, los Agotes, que una de las ‘teorías’ es que descendían
directamente de Caín. Ya con los nazis
tenemos para rato.
Con un tema de esta índole
(Caín) es normal que la iglesia deba asumir algo de culpa, obviamente. Knox hace hincapié en la falta de acción de
la Iglesia ante el Holocausto y habla sobre un supuesto trato entre el papa Pío
XII y Hitler. Todo muy interesante,
entre conspiraciones se teje el mundo.
Los personajes caen
bien, pero no son arrebatadores. La
manera en que entran y salen de situaciones de vida o muerte (y la cantidad) es
increíble. David Martínez es un abogado
de clase media, huérfano de padre y madre, cuya única familia era su
abuelo. Las condiciones que deja su
abuelo para que pueda recibir el dinero de su herencia son la mayor aventura de
su vida, por lo que no duda mucho en ponerse en marcha. Con qué facilidad afronta todo ¬¬
Más complejo es el otro
protagonista, Simon Quinn. Con un pasado
familiar trágico, ex drogadicto y alcohólico, los casos de asesinatos recientes
con sus horrendas escenas del crimen parecen ser el empuje que necesitaba su
carrera. Este personaje es más creíble.
Las páginas pasan
volando y al momento de que ambos protagonistas se encuentran, al principio con
un poco de sospechas de parte ambos, la trama se acelera aún más. Hay un poco de romance, irrelevante a mi
parecer, pero entiendo la intención del autor de crear más suspenso al final.
A veces las cosas parecen
salirse de las manos del autor, después de todo quiere abarcar todos los
tópicos conspirativos, pero la lectura es tan rápida y amena que los nudos
narrativos pasan desapercibidos. En Las Marcas
de Caín hay manipulación genética, conspiraciones nazis (casi siempre las dos
van de la mano), bioquímica, religión, historia y por si fuera poco, Knox hace el
intento de introducir al ETA (innecesario, a mi parecer).
¿Les llama la atención? ¿Les atraen las conspiraciones?
Hasta la próxima y que tengan buena lectura.
Marieru
No es mi estilo la verdad...
ResponderEliminarUn beso.
Pues creo que lo voy a dejar pasar, en principio =)
ResponderEliminarBesotes