Kenneth Wishnia (New Hampshire) es un escritor estadounidense residente en Long Island, donde trabaja como profesor de inglés.
Escogí El quinto siervo porque tenía antojo de uno de mis géneros favoritos, la ficción-histórica, y siendo honesta, porque la portada me llamó la atención.
La historia. En 1952, mientras la lucha entre la iglesia católica y los protestantes se intensifica en el resto de Europa, Praga parece ser excluida de esta disputa. Con Rodolfo II como su emperador, la ciudad es un remanso de paz para los judíos que viven dentro de las paredes del gueto. La paz del gueto es puesta en peligro cuando una niña cristiana es encontrada muerta en una tienda judía la noche antes de la pascua. El dueño de la tienda es arrestado por asesinato y su mujer e hija acusadas de brujería, ahora Benjamín Ben-Akiva, erudito del Talmud, tendrá sólo tres días para probar la inocencia de los acusados antes que se derrame la sangre de más inocentes.
Benjamín es un recién llegado de Polonia sin conexiones ni aliados dentro o fuera del gueto de Praga, por lo que su búsqueda por los verdaderos culpables no será nada fácil. Armado sólo con su fe y sus conocimientos deberá mantener sus investigaciones dentro de los parámetros de la ley judía, con mayor restricción ya que están en tiempo de pascua, situación que lo obliga a contar con los más extraños aliados, desde cristianos hasta prostitutas.
Mi opinión. El libro está lleno de detalles históricos y conversaciones filosóficas, se nota que Wishnia investigó minuciosamente las tradiciones e historia de ese periodo. El quinto siervo describe una Praga del siglo XVI llena de supersticiones, ignorancia y temor a lo desconocido (como la mayoría de Europa) pero también con personajes sedientos de conocimiento y de un futuro mejor.
El personaje principal es Benjamín, quien narra en primera persona, pero también encontramos una segunda voz en Anya (cristiana) cuya parte es narrada en tercera persona. Ambos personajes son fuertes e independientes, Benjamín un erudito y Anya una doméstica cristiana que trabaja en casa de judíos. Benjamín tiene toda la vida estudiando las enseñanzas del Talmud, mientras que Anya lo que ha aprendido lo ha recogido escuchando las sesiones de estudio en la casa donde trabaja. Ambos trabajarán en conjunto, aportando lo que cada uno sabe, para encontrar al verdadero asesino.
La acción de la novela transcurre en tres días, dando un cierto nivel de tensión a medida que se acerca el plazo y la multitud de cristianos sedientos de venganza se enardece más y más con el pasar de las horas, aunque más que venganza lo que buscan es una excusa para saquear las riquezas ocultas, que según ellos, guardan los judíos.
Con la inquisición y su cacería de brujas de por medio, sumado a la lucha política y religiosa, la búsqueda de los verdaderos asesinos de la niña cristiana parece ocupar un segundo plano en la historia. Mis partes favoritas fueron las conversaciones filosóficas que tenía Benjamín, no sólo con otros rabinos sino con todo el que estuviera dispuesto.
Un factor que jugó en contra, Wishnia utiliza muchos términos de la tradición judía y, aunque hay un glosario al final, me hacia la lectura más lenta, menos mal que muchos de ellos eran fáciles de entender dentro del contexto de la narración.
Me gustó el carácter histórico del libro, y si la memoria no me falla es la primera vez que leo una novela ambientada totalmente en Praga, pero no se lo recomendaría a quien no disfrute de una buena discusión filosófica, ya que, más que la investigación del asesinato, esas partes fueron las mejores (para mí).
Frases sueltas:
"-Pues sí que lo he conseguido -dije-. He conseguido que las cosas empeoren.
-Eso es sólo en apariencia-discrepó el rabino Loew-. Pero la mano de Dios trabaja tras la cortina.-Debe ser una cortina muy tupida."
"-¿Crees que es posible sentirse misteriosamente atraído por alguien a quien acabas de conocer?
-Sí, claro. Dicen que sucede cuando conoces a alguien cuya esencia se formó junto a la tuya en el interior de la nebulosa inmensa de la energía primigenia que precedió a la creación del hombre.(...) -O sea que lo que dices es que esa persona es como tu alma gemela celestial."
"El rabino Loew dice que en el fondo de nuestra mente lo recordamos todo, desde los tiempos de Moisés, e incluso antes, desde los tiempos de Adán, e incluso antes, desde el primer momento de la creación, porque todos nuestros atomos proceden de Dios, y el conocimiento completo de la creación de Dios fluye por nosotros, pero nosotros no le prestamos atención."
¿Qué les ha parecido? Cuéntenme sus impresiones!
Hasta la próxima y que tengan una buena lectura.
Marieru
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