Serie: Dave Gurney, #3
Autor: John Verdon
Páginas: 495
Formato: Tapa suave con solapas
Editorial: Roca
Por supuesto, el objetivo es descubrir la verdad, salvo cuando otro objetivo se entromete. En la mayoría de los casos, no llegamos a la verdad. A lo que llegamos, si tenemos suerte, es a una conclusión satisfactoria. (...) Se pretende entregar al fiscal un sospechoso al que acusar, preferiblemente con una confesión firmada: ese es el juego real.
Sé lo temporal que es todo. Pensaba que siempre tendría lo que tenía entonces, (...), que nunca perdería nada que importara. Es estúpido pensar eso, pero lo hacía. La verdad es que sí vivimos o suficiente, todos lo perdemos todo.
La
historia. Después de sobrevivir
milagrosamente a su último caso, el detective David Gurney no se encuentra en
paz consigo mismo y le es muy difícil incorporarse a la rutina de la vida
diaria. Su esposa, Madeleine,
normalmente lo dejaría tranquilo hasta que se sintiera mejor, pero esta vez su
problema parece mucho más serio e incluso lo han diagnosticado con estrés post
traumático.
En
esos días, Gurney recibe una llamada de la periodista Connie Clark, cuya hija
está realizando una tesis sobre los familiares de las víctimas del asesino en serie el
Buen Pastor, pidiéndole su ayuda en las investigaciones. Madeleine y Gurney están de acuerdo en que
tal vez esto sea lo que él necesite. Sin
embargo, los familiares de las víctimas empiezan a ser asesinados uno por uno y
alguien se está tomando serias molestias para desviarlos a todos del camino,
incluido Gurney.
Mi opinión. La historia empieza más despacio que las
anteriores, se toma más tiempo construyendo las relaciones entre esposos
(Gurney y Madeleine) y entre padre e hijo (Gurney y Kyle), además es necesario
un poco más de narrativa para que Verdon nos conecte con asesinatos que
ocurrieron hace más de una década y traerlos al presente de nuestros
personajes.
Me gusta que el autor no solo se ocupa
de la parte criminal de la novela, también se ocupa de la parte emocional, sus
personajes son profundos, fuertes y a la vez, vulnerables. Un detective infalible no es del todo
creíble, hasta Sherlock ha tenido problemas.
Gurney sigue sin poder quedarse sentado
en su casa, ni siquiera después de haber estado en un coma por causa del último
caso en que participó. La mente del
detective David Gurney necesita ser retada constantemente y por eso termina
metiéndose en problemas a cada rato.
Madeleine, la esposa, es el complemento
perfecto para la personalidad de Gurney.
En las tres novelas, ha sido la roca en la vida del detective, siempre
con un buen consejo, una palabra de aliento o con su disposición de estar junto
a él (a pesar de que no es nada fácil).
No abras los ojos es mi favorito entre
los tres, pero igual disfruté mucho con Deja en paz al diablo porque mi
familiaridad con el personaje me ayudó a entenderlo mejor y a interesarme más
en su bienestar. Aunque eso puede haber
sido en detrimento del resto de la trama, al final no sentí mucho interés por
el caso en sí y me distraía más en lo que pasaba con la historia personal de
Gurney.
La trama de los asesinatos empieza
lento, pero poco a poco va ganando velocidad y las situaciones son cada vez más
intensas. Gurney se enfrenta a un
sinnúmero de pistas, testigos poco colaboradores e incluso tiene que sortear
obstáculos que le impone el propio FBI.
Los tres libros son casos separados y
podrían leerse en desorden. Sin
embargo, leerlos en orden lo hace más entretenido y se aprecia mejor cómo se va
formando la historia alrededor de los personajes.
Sé lo que estás pensando No abras los ojos (reseña conjunta)
¿Han leído alguno? ¿Les llama la atención las novelas de detectives?
Hasta la próxima y que tengan buena lectura.
Marieru
Me han recomendado al autor varias veces, pero todavía no me he decidido a ponerme con él...
ResponderEliminarBesotes
A mí también me gustan las novelas negras que incluyen algo de la vida personal de los protatogonista y no sólo se centran en el crimen.
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