Juan Gabriel Vásquez es un escritor colombiano (Bogotá, 1973) residente en Barcelona. Este año se hizo acreedor al XIV Premio Alfaguara de Novela con su novela El ruido de las cosas al caer, siendo seleccionado por encima de otros 608 manuscritos presentados.
El narrador de esta historia es Antonio Yammara, un profesor universitario poco ético, cuyas tardes vacías transcurren junto a las mesas de billar de un bar de la localidad. Es en este bar donde conoce a Ricardo Laverde, ex piloto recién salido de prisión, luego de haber cumplido una condena de 20 años. Ambos hombres se hacen compañeros de juegos y mantienen una amistad bastante extraña, con mínimo intercambio de palabras.
Cuando estos dos se conocieron ya quedaba en el pasado los días de gloria de narcotraficantes como Pablo Escobar, de hecho el desmantelamiento del zoológico de Escobar es como empieza la novela, y es ese pasado en común, de una época de incertidumbre y violencia lo que a ambos los ha dejado marcados. Una tarde mientras caminaban juntos, Laverde es abaleado y para suerte de Yammara a él también le toca una bala, herida que lo deja hospitalizado por varios meses.
Hay una historia paralela a esta amistad, en el medio de todo nuestro narrador se casa con una alumna de la universidad que ha dejado embarazada. Aura, la alumna, parece amarlo genuinamente pero no puedo decir lo mismo de él.
Luego de ser dado de alta Antonio queda tan alterado emocionalmente que empieza a padecer de disfunción eréctil, pero que no le toquen el tema porque se estresa. A pesar de ser Aura una mujer tan joven acepta el problema de su marido esperando que con amor y paciencia llegará el momento en que se curará o buscará ayuda. Por otro lado, Yammara cree que la única forma de curarse es investigar la verdad de por qué asesinaron a Ricardo Laverde.
Seguro que al saber todo sobre Laverde podrá regresar a su vida normal, Antonio se obsesiona investigando toda conexión con su finado amigo hasta que da con la hija de Laverde, quien vive en un pueblo en las afueras de Bogotá. Aquí empieza otra historia, la historia entre Yammara y Maya Fritts (hija de Ricardo), de la mano de ella irá descubriendo poco a poco los secretos de la triste vida de su amigo. La historia que Maya le narrará, junto a algunas cartas y documentos que guardaba, se remonta a inicio de los años setenta, a lo que parece ser el nacimiento del negocio del narcotráfico.
Mi opinión. La novela está muy bien escrita, de eso no tengo duda. Son muy pocos los escritores latinoamericanos que una vez que los leo no me gusten. No tengo ninguna queja de su estructura, de su forma, de nada. Mi problema es con el protagonista, es que bueno no todos los protagonistas nos pueden caer bien y este me cayó muy mal. Antonio Yammara provocaba mis ganas de abofetearlo durante toda la novela, marcado o no por la violencia del narcotráfico me pareció un personaje mezquino que se escudaba tras el temor de una generación sacudida por la violencia.
Por supuesto, que un escritor haga que sienta todo eso por un personaje es encomiable, el problema estaría en que esa no haya sido la idea del autor. En cambio, Aura y Maya, las protagonistas femeninas tienen mis respetos y mis aplausos.
Frases sueltas:
"No hay manía más funesta, ni capricho más peligrosos, que la especulación o la conjetura sobre los caminos que no tomamos".
"Recordar cansa, estos es algo que nos enseñan, la memoria es una actividad agotadora, drena las energías y desgasta los músculos".
¿Qué les ha parecido este nuevo Premio Alfaguara? ¿Han leído alguno de los ganadores anteriores? Yo he leído los ganadores desde el 2003, no todos me han gustado pero hay otros excepcionales.
Hasta la próxima y que tengan una buena lectura.
Marieru
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