León Tolstói (1828 – 1910), novelista ruso que utilizó sus obras como crítica a la sociedad de su época, principalmente a la nobleza y a la alta sociedad de Moscú.
La primera, quizá última obra, que he leído de su autoría ha sido Anna Karenina (1875-1876).
La historia (la sinopsis más corta que he escrito). Anna Karenina es la historia de un romance adúltero que tiene como telón de fondo el intrincado protocolo de la alta sociedad rusa de finales del siglo 19.
Frases sueltas:
Frases sueltas:
"A juicio de esta gente, se ponía en ridículo el hombre que se enamoraba perdidamente y sin esperanzas de una soltera o de una viuda; pero perseguir a una mujer casada con el propósito de seducirla, se consideraba allí como algo bello y grandioso que en modo alguno podía ser ridículo." (Wronsky)
"-Daría cualquier cosa por poder seguir dudando todavía, pues cuando dudada, aunque sufría, mi sufrimiento no eran tan cruel como ahora: entonces tenía alguna esperanza, y ahora hasta el último resto de ella ha desaparecido." (Alejo, el esposo engañado)
"-A todos nos gusta lo dulce y exquisito, y, si no tenemos bombones, nos conformamos con un helado callejero. Así le ocurrió a Kitty: como no pudo conquistar a Wronsky, se contentó con Levine. Me detesta y me envidia. En este mundo todos nos odiamos: ella me odia a mí y yo la odio a ella..." (Por supuesto, esos son los pensamientos de la depresiva de Anna)
Advertencia: Esta reseña contiene spoilers, específicamente hablaré sobre el final de la historia.
Mi opinión. Si Tolstoi buscaba la manera de transmitir la ambigüedad moral y la completa actitud hedónica de la sociedad rusa, lo hizo perfectamente. Si quería hacernos ver la desvalorización del rol de la mujer en sociedad, le tengo una noticia, esa es una lucha de no acabar.
El problema con Anna Karenina es que, para poder apreciarlo en toda su gloria, hay que aguantar una inmensa carga de tensión y estrés generada a toneladas por el grupo de personajes más insoportables que he tenido el placer de conocer.
*Spoiler* (sombrear para ver)
Empezando con la misma Anna Karenina, una insufrible y egoísta mujer por la que no sentí ninguna simpatía. No me interesaban sus problemas ni ningún aspecto de su vida y en el momento de su suicidio sentí que el libro se hizo más liviano, lástima que fuera en las últimas páginas. Se la pasó quejándose todo el tiempo sobre una situación en la que ella sola se metió, casi nunca se acordaba del hijo que abandonó para ir a vivir su adulterio y cuando lo hizo, dos o tres veces, fue para establecer que ella era una pobre víctima de las circunstancias. Bájate de ese altar Anna! Nunca debiste dejar a tu hijo y cuando podías haber amado a tu hija bastarda, la dejaste fuera de tu vida como si fuera una molestia. Anna Karenina sólo vivía de las apariencias y para las apariencias.
No se trata de defender a Vronsky pero, entre ambos, lo prefiero a él. Yo en su lugar hubiera dejado a la loca depresiva y celosa de Anna después de las primeras pruebas de su inestabilidad emocional, pero a pesar de todo se quedó junto a ella. Antes había visto la película (la de 1997 con Sophie Marceau y Sean Bean, no la de Keira “soy la única actriz británica” Knightley) y estaba bajo la impresión que el culpable de la debacle de Anna había sido él, pero estaba equivocada. Además, me pareció injusto que se auto castigara casi desterrándose en el ejército, el no tuvo la culpa, Anna se hubiera suicidado así él le hubiera jurado amor con un pacto de sangre.
Con los otros personajes tengo los mismos sentimientos. Kitty era una fresca e inmadura que después de rechazar a Levine (creyendo que tenía oportunidad con otro más guapo), lo busca porque ya se le está pasando el tren. Y el idiota de Levine que la acepta (ahhh las bondades del amor), por lo menos se hizo la pregunta que si ella lo aceptaba por no haber nada mejor -yo también me lo pregunto, Levine, yo también-.
*Fin de spoiler*
El escenario culturar sobre el que se desarrolla la historia es mucho más atrayente. Abarca gran parte de los temas relevantes de la alta sociedad moscovita, como la educación, la religión, la moral y por supuesto, el ocio. Para algunos puede resultar tedioso leer sobre este tipo de cosas, pero a mi me resultan curiosas y me entretiene hacer comparaciones entre épocas.
Tal vez esto no sea lo que le haya dado reconocimiento como un clásico de la literatura, pero eso fue lo que a mi me gustó y me mantuvo firme en mi propósito de terminarlo, aunque la mayoría del tiempo tuviese la necesidad de abofetear a alguien. No me malinterpreten, que haya aborrecido a los personajes no significa nada grave, significa más bien que Tolstoi hizo su trabajo espléndidamente y los hizo muy reales, tan reales que despertaron esos sentimientos en mi.
Por último, sólo he leído dos rusos así que me falta mucho para escoger un favorito. Por ahora, gana por mucho margen Dostoievski, con Crimen y Castigo.
¿Ustedes ya lo han leído? ¿La curiosidad los venció y leyeron el spoiler?
Hasta la próxima y que tengan buena lectura.
Marieru
Es otro de los clásicos que tengo pensados leer.
ResponderEliminarEs uno de mis clásicos pendientes, a ver cuando me animo con él =)
ResponderEliminarBesotes
Es uno de los clásicos entre otros que me da vergüenza no haber leído. A ver si con este recordatorio tuyo no lo dejo tanto.
ResponderEliminarUn beso